jueves, 11 de diciembre de 2008

The moon


Él la miró. Ella asentó. Era como si el cielo se abriera en dos. Hace un año el sentimiento era el mismo, o tal vez, peor. Nunca comprendió, realmente nunca se detuvó a pensar en los hubiera y los porques. Miró su reloj, tomó la taza de café y miró a través de la ventana de aquél café. Existia algo, o alguien. Que mas daba, finalmente la situación era la misma. El aire frío de invierno, como aquél diciembre de 1994, cuando su padre le regaló a Susana, la muñeca de grandes ojos café y trenzas multicolor. Recordar como la miraba y jugaba con sus largas trenzas mientrás ambas sonreían,mientrás su madre horneaba un par de panqueques en la cocina, era lo último que ella guardaba muy dentro de su corazón.
Ayer, alguien le dijó que los ángeles existian. Hoy, ella rió como niña, al recordar el comentario de aquél joven en el parque. Ayer creyó alcanzar la luna, robarla y guardala como su más grande tesoro, retenerla en el cofre morado de su abuela. Hoy, se sabe una mujer, los problemas crecen y la luna hoy no saldrá, tal vez mañána logré robarla al final. Hoy, simplemente hoy no.

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